Autor: GR, Jess
Temática: General
Descripción: ―La madre de Maya ―contesta Alex, y entonces todo cobra sentido. Ese es el motivo de su poco amistosa visita. Sabía que existía esa posibilidad. Vuelvo a mirar de reojo a la chica e inspiro profundo por la nariz. Ahora la reconozco, Ryzhaya, la chica que Urriaga tenía en propiedad. La vi solo un par de veces cuando la traían a la finca, siempre llevaba los ojos tapados mientras la acompañaban al sótano. Quiero preguntarle cómo ha terminado encontrándome, pero antes de que pueda abrir la boca, escucho unos pasos que se acercan desde el pasillo que lleva a las habitaciones. Echo un vistazo en dirección a la puerta por la que estoy segura que en cualquier momento entrará uno de los niños, y rezo en silencio para que sea Maya y no Lucas. Es mucho más seguro que nadie conozca la existencia de mi hijo. ―Mierda ―murmuro, y con un movimiento rápido, me giro y escondo la pistola a mi espalda. Intento cubrir a Alex y su arma para que Maya no se asuste―. Cielo, vuelve a la cama ―le pido en cuanto veo su cabeza de pelo rojizo asomarse. Maya nos mira a todos con gesto confuso. ―¿Qué está pasando? ―pregunta. ―Nada ―respondo, e intento ir hacia ella cuando noto las manos de Alex sobre las mías, es solo un pequeño roce, pero lo siento por todo el cuerpo. Entonces agarra mi arma y, aunque la sujeto con fuerza, no soy capaz de evitar que me la quite. Miro hacia atrás con rabia. Acabo de firmar mi sentencia de muerte. Sin un arma con la que defenderme, sé que no saldré viva de esta. Vuelvo a respirar hondo y me agacho un poco para quedar a la altura de la niña―. ¿Recuerdas lo que dijimos que pasaría cuando vinieran a por ti? ―le pregunto mientras acaricio su rostro con suavidad. Maya asiente. ―¿Va a venir mi madre? ―Ya está aquí, cariño ―contesto con un hilo de voz. Mira a la chica que Arturo mantiene pegada a su costado y después a mí de nuevo―. Debes irte con ella. He visto crecer a esta niña. La conozco desde que solo era una bebé, tenía cinco años cuando me la llevé conmigo de la finca y ha pasado otros cinco bajo mi tutela. La quiero como si fuese mi propia hija, pero no es así,
Abrir Alex: Novela Romántica de Mafia (Clan Z nº 3) (Spanish Edition) | Descargar